El pasado13 de septiembre de 2021 se publicó la convocatoria de plazas EIR (Enfermera Interno Residente) para el año 2022. Disposición 14809 del BOE núm. 218 de 2021 El plazo de presentación de solicitudes se acaba el 27 de este mismo mes, por lo que aún estás a tiempo. La solicitud puede realizarse de manera telemática o presencial. De manera presencial solo podrán presentarlo las personas que no dispongan de DNI. En cuanto al método online, se hará mediante la Sede electrónica del Ministerio de Sanidad rellenando el modelo 790 desde las 10:00 horas del 13 de septiembre de 2021 hasta las 14:00 horas del 27 de septiembre de 2021. El examen se realizará el próximo 29 de enero de 2022, siendo los actos de adjudicación a partir del 26 de abril y la incorporación a la plaza entre el 30 y el 31 de mayo del mismo año.
De entre las 1.822 plazas, 128 pueden cubrirse por personas con diversidad funcional o discapacidad y 36 por personas no titulares de autorización de residencia en España. Todas ellas están divididas en las siguientes especialidades:
- 748 plazas de enfermería familiar y comunitaria.
- 420 plazas de enfermería obstétrico-ginecológica.
- 285 plazas de enfermería de salud mental.
- 223 plazas de enfermería pediátrica.
- 78 plazas de enfermería geriátrica.
- 68 plazas de enfermería del trabajo.
Es de agradecer el esfuerzo que están realizando las Comunidades Autónomas con este incremento del 18,18% en el número de plazas ofertadas, para la Enfermería Geriátrica ha supuesto un crecimiento de plazas por encima de la media del resto de especialidades en Enfermería (3,8%) respecto al año anterior, situación que viene a intentar corregir el déficit mantenido durante los últimos años. Sin embargo, la valoración global es de insuficientes para poder cubrir la necesidad de enfermeras especialistas en geriatría. La sociedad necesita que las plazas de formación especializada en Enfermería Geriátrica sigan aumentando en los próximos años y que estén presentes en todas las Comunidades Autónomas. Comunidades tan importantes como Andalucía, Cantabria, La Rioja o Murcia todavía no tienen ninguna Unidad Docente Multidisciplinar en Geriatría y más de la mitad de las Comunidades Autónomas que ofertan plazas, ocho de trece, ofertan una o dos plazas, claramente insuficiente para cubrir las necesidades de la Comunidad.
Además, siguen quedando plazas acreditadas sin ser ofertadas, han sido un total de 16 plazas que están acreditadas por el Ministerio y que sin embargo no han sido ofertadas, estaríamos hablando de un total de 28 nuevas plazas ofertadas y de un incremento del 42,42%. España necesitaría quintuplicar el número actual de plazas de formación especializada en enfermería geriátrica y mantenerla durante la próxima década si queremos hacer frente al proceso de envejecimiento que sufrirá nuestro país.
Es penoso que te formes durante dos años para no poder desarrollar las competencias propias de la especialidad. Los políticos están mandando un mensaje contradictorio en la atención a las personas mayores que se ha puesto de relieve, más aún si cabe, con la pandemia producida por el Covid-19. Nos han lanzando un mensaje inequívoca a la población de que debemos de proteger a los más vulnerables, entre los que se encuentra el colectivo de personas mayores y sobre manera las personas mayores que viven en residencias y centros sociosanitarios, y sin embargo estamos a la espera de que ese mensaje se transforme en decisiones firmes que pueden cambiar significativamente la atención y el bienestar de las personas mayores. Con ello, nos referimos a que apuesten por la presencia continuada de las enfermeras en las residencias y en especial por la creación de puestos con perfil de especialista en Enfermería Geriátrica en todos los ámbitos de salud y sociosanitarios, tanto para gestionar los cuidados y la coordinación sociosanitaria como para estar presenten en todos los espacios donde se tomen decisiones que incidan en la calidad de vida de las personas mayores.
Es urgente el reconocimiento de la especialidad y la creación de la categoría profesional, tanto en salud como en los niveles sociosanitarios de todas y cada una de las Comunidades Autónomas de nuestro país. No podemos seguir desaprovechando el valor profesional que la Enfermería Geriátrica tiene para que la atención a los mayores siga alcanzando niveles de seguridad y calidad acordes a las exigencias y evidencias disponibles.